Guillermo Gómez-Peña
Un flujo indomable impregna la obra pionera del intérprete del «cyber-punk Chicano» Guillermo Gómez-Peña. Al alternar entre lenguajes y expresiones de género, personajes escénicos y géneros artísticos, el artista mexicano-estadounidense navega y desafía las fronteras físicas, políticas y culturales. Las fascinantes actuaciones colaborativas que orquesta pueden tomar la forma de cualquier cosa entre un recital de palabras habladas en Spanglish y un acto televisivo de guerrilla. Todo, desde artículos de fetiches culturales y recuerdos racistas hasta brazos robóticos y una miríada de disfraces, se presenta en la crítica anticolonial de Gómez-Peña al imperio estadounidense y su política racial. En sí misma una combinación de estética de ciencia ficción y cultura popular mexicana y estadounidense, su “ethno-techno art” medita en las identidades híbridas que se forman dentro y se mueven a través de las fronteras como la que existe entre Estados Unidos y México.
A lo largo de una carrera polifacética dedicada al teatro político, el periodismo poético y la pedagogía radical, Gómez-Peña ha centrado la colectividad y la comunidad en su trabajo. En 1993, el artista fundó la compañía transdisciplinaria de artes escénicas La Pocha Nostra con Roberto Sifuentes y Nola Mariano. Con un elenco siempre fluido de miembros provenientes de diferentes generaciones, orígenes étnicos y complejidades de género, el grupo trabaja a través de la fotografía, el video, la instalación y la actuación para derribar los muros entre la práctica y la teoría del arte, así como entre los artistas. Los artistas rebeldes trabajan a través de las fronteras y las identidades nacionales en la práctica de una «diplomacia ciudadana radical». Al romper las divisiones de género y raza en el escenario, el grupo se esfuerza por derrumbar estas fronteras en la sociedad en general.
Con una distinción cada vez más borrosa entre la vida y el arte escénico, Gómez-Peña usa su cuerpo como un conducto para una conciencia cyborg que simultáneamente canaliza las antiguas civilizaciones maya y azteca mientras proyecta visiones impulsadas por la tecnología de un futuro más equitativo. Fundamental tanto para la práctica escénica de Gómez-Peña como para Toward Common Cause es la creencia en el papel vital que juega el arte en la sociedad y su poder para cambiarla radicalmente.